Resiliencia: ¿qué es, cómo llevarla a cabo y qué aspectos negativos tiene?

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Últimamente aparece mucho en el ámbito educativo la palabra “resiliencia”. Pero, ¿qué es la resiliencia, cómo podemos llevarla al aula y qué aspectos negativos tiene?

DEFINICIÓN
El término resiliencia proviene del termino inglés “resilience”, o “resiliency”, relativo al campo de la metalurgia, que hace alusión a la capacidad que tienen los metales de deformarse sin quebrarse, retornando luego a su estado original.
La resiliencia en el ámbito de las ciencias sociales se entiende como la capacidad de afrontar la adversidad saliendo fortalecido y alcanzando un estado de excelencia profesional y/o personal. Es decir; el término resiliencia define la capacidad que tienen las personas para desarrollarse psicológicamente con normalidad, a pesar de vivir en contextos de riesgo o tras enfrentarse a situaciones complejas personales o profesionales.
Los últimos estudios neurocientíficos han demostrado que las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión. Esto les permite tener una sensación de control frente a los acontecimientos y mayor capacidad para afrontar retos o situaciones conflictivas.

LA RESILIENCIA EN LA ESCUELA
Tradicionalmente, en lo referente al aspecto académico, en la escuela ha predominado generalmente la detección de defectos en lugar de la identificación de fortalezas o capacidades. Esto hace que solo exista una posibilidad de éxito, que generalmente está asociada a los resultados académicos y destinado a los alumnos con mejores resultados en ese ámbito. Sin embargo, existen muchos aspectos que pueden interferir y perjudicar la consecución de esos tan deseados buenos resultados.
Actualmente, según diversos estudios, entre el 20% y 40% de niños en edad escolar presentan problemas socioemocionales que obedecen a distintas causas y que afectan a las capacidades de aprendizaje y a los comportamientos, tanto en el colegio como fuera de él. Sin embargo, los centros educativos no cuentan con suficientes recursos profesionales ni preparación para atender a las dificultades específicas de aprendizaje y, mucho menos, a los emocionales o de adaptación. De echo, en muchos centros, los profesores se quejan de que no pueden desarrollar correctamente los programaciones debido a la conflictividad del alumnado, especialmente en zonas marginales.


POR QUÉ ES IMPORTANTE LA RESILIENCIA
La resiliencia en la escuela es importante porque las emociones afectan a infinidad de aspectos en el desarrollo del alumno.



Además, se entiende que las personas más resilientes tienen una mejor autoimagen, se critican menos a sí mismas, son más optimistas, afrontan los retos, son más sanas físicamente, tienen más éxito en el trabajo o estudios, están más satisfechas con sus relaciones y están menos predispuestas a la depresión.

LAS FORTALEZAS
Las cualidades personales más importantes que facilitan la resiliencia serían las siguientes:

a) autoestima
b) convivencia positiva
c) flexibilidad del pensamiento
d) autocontrol emocional
e) confianza en sí mismo

Según los expertos, estas y otras características individuales asociadas a la resiliencia no son innatas sino que proceden de la educación y, por lo tanto, pueden aprenderse y, por consiguiente, deben enseñarse.

PROFESORES RESILIENTES
Construir la resiliencia desde la escuela requiere que los profesores también sean profesionales resilientes. Esto quiere decir que para transmitir resiliencia primero debemos “tenerla”.
En el aspecto educativo, esto quiere decir principalmente que debemos ser conscientes como profesores de que todos los alumnos tienen dentro de sí aspectos positivos sobre los cuales basar un proyecto de desarrollo positivo, al margen de sus resultados académicos.

TRABAJAR LA RESILIENCIA EN EL AULA
Para trabajar la resiliencia en el aula, debemos tener en consideración los siguientes aspectos:

Valorar los aspectos positivos. Una educación orientada a mejorar la resiliencia tendría que optimizar las fortalezas, virtudes y capacidades del alumno que le permitan adoptar una actitud positiva y no centrarse única y exclusivamente en los resultados académicos. Por ejemplo, hay alumnos con una extraordinaria capacidad para la pintura o la música o la programación de videojuegos que pasa completamente desapercibida en el ámbito educativo.  
Ambiente de seguridadEl profesor ha de generar en el aula un clima emocional positivo y seguro que permita al alumno sentirse respetado, apoyado y querido y donde puedan arriesgarse sin miedo a cometer errores.
Relaciones equilibradas. Hemos de fomentar las relaciones entre compañeros en las que predominen la comunicación, el respeto, la empatía, la cooperación y la competición sana. A pesar de que algunos especialistas eliminan la competición en el ámbito educativo, no debemos olvidar que en la vida diaria este aspecto está presente, y debemos enseñar a los alumnos a convivir con ella de manera equilibrada.
No estagmatizar el error. El error es parte imprescindible de cualquier aprendizaje, y por ello debe asumirse como un aspecto positivo y no sancionador.
Fomentar la autonomíaEl alumno ha de aprender a ser autónomo y a saber distanciarse de opiniones negativas que le puedan perjudicar, aceptando asimismo las críticas positivas como necesarias para su evolución personal y educativa.

CRÍTICA A LA RESILIENCIA
En la actualidad, existen algunas críticas sobre el fomento de la resiliencia en el aula. Son críticas que tienen su base en aspectos sociológicos y que debemos de tener en cuenta.
Por lo general, este término está relacionado con barriadas pobres o marginales. Algunos críticos afirman que no hacer un buen uso de la resiliencia puede conducir a los alumnos al conformismo y la aceptación de su situación, eliminando del aprendizaje la lucha por el cambio. Es decir, el alumno terminaría por resignarse a su situación, lo cual supondría un modo de control social y/o político. Así que debemos tener mucho cuidado cuando lo apliquemos al aula.
Al margen de estas críticas que son muy interesantes, y teniendo en cuenta lo dicho en este artículo, el término resiliencia, aunque con otros nombres, no es novedoso para muchos docentes que integramos de manera habitual la educación e inteligencia emocional en nuestras aulas. En este sentido, yo prefiero hablar del término “desarrollo de las fortalezas”, extraído de la psicología positiva de Goleman.

Sea como fuere, lo que es innegable es que los niños y adolescentes de hoy en día sufren grandes carencias emocionales, y no podemos obviar esa circunstancia que afecta a todos los ámbitos de su vida. Aunque creamos que atender a este aspecto va en detrimento de nuestra programación, a la larga mejorará los resultados académicos de nuestros alumnos. Lógicamente, estos aspectos deberían venir ya solucionados de casa y ser tratados en el ámbito familiar, pero –por desgracia- no suele suceder, así que nos guste más o menos no podemos dejarlo aparcado.

Comentarios

  1. Uuuuuh que rabia, es q mezclas resiliencia con resilencia y al final no se cual es cual.

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    1. Hola Luis: el término correcto es "resiliencia", aunque habrá muchas veces que de manera errónea encontrarás escrito "resilencia". Pero "resilencia" está mal escrito porque no está reconocido por la RAE. En este artículo, si aparece "resilencia" es tan solo un error de escritura, pero "resilencia" y "resiliencia" hace referencia al mismo término, aunque uno está bien escrito y el otro, no. Espero haberte ayudado.
      Muchas gracias por visitar mi blog.

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