La educación afectiva y sexual en el aula

Hoy en día, la educación afectivo-sexual se ha convertido en una demanda de la sociedad basada en el derecho que tienen los menores a ser educados en este ámbito.  La sexualidad es una parte fundamental de las relaciones humanas y es fuente de salud, de placer y de afectividad.
Consideraciones previas
Antes de comenzar a definir lo que entendemos por educación afectivo-sexual, así como de los contenidos y objetivos, hay que tener en cuenta una serie de consideraciones previas muy importantes a nivel educativo:

  • La educación sexual es un derecho del menor recogido por la OMS.
  • La educación sexual no acelera los procesos naturales del menor.
  • La educación sexual es una eficaz medida de protección y prevención.

¿Qué es la educación afectiva y sexual?
Entendemos por educación afectivo-sexual aquella actividad pedagógica que utiliza la información objetiva a nivel biológico, psíquico y social para formar en sexualidad. Esta educación forma parte del desarrollo integral de la persona y fomenta la adquisición de la autonomía y de la identidad personal y social. 
En el ámbito de la educación afectiva y sexual, se trata de un aprendizaje que no solo afecta a la infancia o la adolescencia, sino que debe estar presente a lo largo de toda la vida atendiendo a los cambios que se producen en cada etapa. 

¿Por qué es importante la educación afectivo sexual?
La Educación Afectiva y Sexual representa un aspecto de gran importancia en la formación integral de niños y niñas porque, además de ofrecer un conocimiento biológico sobre los órganos y relaciones sexuales, ayuda al menor a construir su identidad y a establecer relaciones afectivas y sexuales sanas. 
En este sentido, ofrecer a los niños y niñas mecanismos de defensa y autoprotección es fundamental para su desarrollo afectivo y sexual, tanto para evitar posibles abusos como para conocer su cuerpo y establecer relaciones íntimas basadas en el respeto mutuo. 
Por consiguiente, una buena educación afectivo-sexual comprende aspectos más allá del puro conocimiento biológico y de los métodos anticonceptivos, ya que también implica enseñar a comprender los cambios que nuestro cuerpo va experimentado a lo largo de la vida, a gestionar los estados de ánimo producidos por los cambios hormonales y emocionales y a relacionarnos adecuadamente con las demás personas de una manera sana y positiva.

¿Qué objetivos se pretenden con la educación afectiva y sexual?
Los principales objetivos de la educación afectiva-sexual durante la etapa educativa serían los siguientes:
  • Dotar a los menores de conocimientos sobre la sexualidad tanto a nivel biológico como psicológico y social.
  • Desarrollar hábitos, actitudes y conductas saludables en torno a la sexualidad.
  • Prevenir los embarazos no deseados, el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual.
  • Proporcionar a los menores una formación afectivo-sexual libre de estereotipos sexistas, basada en los valores de respeto mutuo y autonomía personal que contribuya a una educación para la igualdad entre mujeres y hombres
  • Fomentar actitudes de empatía y normalización de la sexualidad y de igualdad y respeto entre las personas, asociando la sexualidad a valores positivos y saludables.
  • Contribuir a la erradicación de la violencia de género así como de cualquier otro tipo de violencia, proponiendo formas de relación más justas e igualitarias.
  • Consolidar una identidad sexual libre de elementos de género discriminatorios. 

Consejos para educar en la afectividad y la sexualidad
  1. Es mejor comenzar a hablar de sexualidad antes que más tarde. Los expertos consideran que, aunque no se puede concretar una edad, se puede comenzar a responder a preguntas sobre sexualidad a partir de los 3 años, adaptando el discurso a su capacidad de comprensión. 
  2. Es fundamental hablar con claridad, sin exageraciones ni omisiones forzadas, ya que la falta de sinceridad hará que nuestros menores busquen información en fuentes que no siempre son adecuadas ni fiables. Del mismo modo, debemos estar abiertos a escuchar lo que nos cuentan, sobre todo en la adolescencia, evitando los juicios y los prejuicios.
  3. Debemos hablar de la sexualidad como algo positivo. No podemos generar miedos y frustraciones sobre la sexualidad, ya que eso impide el desarrollo de una sexualidad sana.
  4. Debemos clarificar los mensajes que los menores reciben sobre sexualidad. La sexualidad hoy en día está en todas partes y muchas veces se utiliza como reclamo para el consumo ya sea de productos o del propio sexo. Es fundamental que transmitamos a los menores la importancia que los valores tienen en las relaciones sexuales, de tal modo que tengan claro lo que es ficción y lo que es realidad, lo que es consumo y lo que es afectividad.

Recursos
En este apartado te presentamos algunos recursos tanto para profesores como para padres.
1. El primer recurso es de La Fundación ANAR, una organización sin ánimo de lucro que se dedica a la promoción y defensa de los derechos de los niños y adolescentes en situación de riesgo y desamparo. En este enlace puedes ver algunas recomendaciones sobre la educación afectivo-sexual. Tanto para padres como para profesores.
2. En este segundo recurso para profesores es una Guía de Educación Afectivo-Sexual en la Educación Infantil de la Junta de Andalucía que, aunque tiene ya algunos años, es muy completa.
3. En este segundo recurso para profesores es una Guía de Educación Afectivo-Sexual en la Educación Primaria también de la Junta de Andalucía.
4. Este cuarto recurso es para Educación Secundaria. Lleva por título “Ni ogros ni princesas: Guía de Educación Afectivo-Sexual para Secundaria”
5. Por último, una Guía de Educación afectivo-sexual para padres, del Instituto de estudios de la Sexualidad y Pareja.

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